"Tenemos una profunda preocupación por la posible asociación de la empresa portuguesa Portucel al proyecto de la empresa española ENCE en Uruguay, actualmente suspendido por falta de financiamiento”, expresa una carta abierta a la sociedad lusitana firmada por cerca de 30 organizaciones y movimientos sociales del Estado español, Portugal y Uruguay difundida este jueves.
Los firmantes destacan los impactos ambientales y sociales constatados desde hace varios años de los monocultivos de árboles a gran escala para la industria de la celulosa, especialmente los que ya tiene ENCE en Uruguay. Advierten que la aprobación de la planta de celulosa agravará esos impactos y denuncian que la compañía española ni siquiera ha comunicado su plan de forestación para alimentar la fábrica.
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